jueves, 9 de septiembre de 2010

Good luck?

Admítase como prueba documental nº 1 del delito contra la salud pública.
Como se puede observar en la foto, mi día al aire libre comenzó con un regalazo untado con gran arte en mi cristal del coche que uso. Cuando vi tamaña deposición, no pude sino buscar en la copa del árbol -que se supone que ampara al coche durante la noche-, algún perro u otro mamífero capaz de dejarme semejante recuerdo. Repasando de memoria las guías de fauna local de Dublín, no había ningún animal que me encajara, hasta que descubrí entre las ramas un par de palomas torcaces. Estas palomas -de gran capacidad de eyección, por lo que pude comprobar- llegan a triplicar en tamaño y peso nuestras más preciadas buchonas. Bien cocinadas, podrían dar de comer a una familia irlandesa durante varios días (exagerando un poco). Pues sí, ahí estaban las dos, riéndose de mí, fuera de mi radio depredador (no había piedras a mano ni rapaz en el puño). 

No tenía material ni tiempo para eliminar el rastro, así que salí rápido para St. Olafs, para ver a Antonio y a Pancho antes de que entraran en el colegio. Reconozco que si estuviera en Las Palmas, conducir con el cristal "tintado" de esa manera me daría bastante vergüenza; pero en Dublín la cosa es distinta y al menos en esa mañana, brevemente soleada, el recuerdo palomil ejerció eficazmente de parasol. Ya en St. Olafs, la "madre" irlandesa de Pancho me vio, y además de reírse, me dijo que eso era señal de buena suerte. Ahora que ha pasado todo el día, si buena suerte quiere decir que el día saliera tan bueno como los demás, entonces tiene razón.
Aunque parezca un picadero, no hay caballos en el jardín del cole.

Dejando ya este tema aparte, que puede no ser para todos los públicos, cambiamos de tercio para fijarnos en nuestros chiquillos. Además de ver a los de Rockbrook y a los de St. Olafs, esta vez me di un salto por Colaiste Eanna para ver cómo le van las cosas a Jesús y a Javi Jorcano. Era la hora del lunch, y entre tanto gris rata almizclera (no es peyorativo el nombre del color del pulóver), los descubrí tranquilamente charlando, como unos alumnos más. De esta visita puedo resumir que los dos están francamente bien, aunque echan de menos poder hacer deporte en los recreos. Por estas latitudes, en los colegios no se practica mucho deporte; por eso Javi estaba asombrado con lo patosos que son sus compañeros cuando les da por jugar a algo parecido al fútbol. Habrá que esperar al sábado para saciar el mono de fútbol… 
Aquí termina la entrada de hoy. Esta vez no ha sido posible que nos escribiera uno de los nuestros, por problemas técnicos con el ordenador. From Ireland we write! 

1 comentario:

  1. Deberias guardar "con cariño" ese cristal y traertelo de recuerdo ;-)

    Por cierto, ¿para cuando un relato de la vista al Johnnie Fox's?

    ¡Saludos a todos!

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