jueves, 23 de septiembre de 2010

El "bujero" de Frabcusci.

Quitándose el esparadrapo de la frente.
Aquí nos llega una nueva aportación de Javi Jorcano, que tiene mucho que contarnos después del periplo de ayer. No obstante, sé que tengo que hacer un paréntesis para ponernos al día sobre el resto de la expedición, no vayan a pensar que el poder de succión de los hospitales dublineses es lo suficientemente fuerte como para dejar a los demás sin atender.
En estos días he vuelto a visitar a todos en su hábitat natural, a saber, el colegio o sus casas. El único que no he podido ver es a Jesús, que se fue de convivencia con su clase un par de días y hoy volvía feliz y contento, pero con las playeras para el arrastre. Dentro de poco lo podremos leer en el blog de primera mano. Los demás están ya bastante irlandesados. Yo creo que los que mejor se lo montan son... ¿los de St. Conleths? ¿Los de St. Olaf's? ¿O quiénes? La verdad es que es difícil de decir, pues cuando les visito se les ve bastante bien, y en el tiempo que estoy con ellos todos procuran contarlo absolutamente todo, a la vez, y si es posible con efectos especiales y at full blast, es decir, a todo volumen. Son encantadoras estas visitas...

¡¡Según el ordenador me llamo Frabusci Xavier!!
Yo creo que Raúl se ha hecho el fan número uno de las corbatas; Manu se ha especializado en las pizzas de su Cole; Juanma ha desarrollado una capacidad de supervivencia importante en las clases de gaélico, aunque aún tiene que perfeccionar la discreción para que el profe no le descubra; Ale está arrasando en el baloncesto de su cole; Enrique Díez ya es uno más en el equipo de fútbol de Rockbrook, igual que Airo (The Great) y Pepe, que estrenan botas nuevas. Enrique de la Barrera cuida del rebaño en Rockbrook, mientras que Jesús y Javi Jorcano mantienen a raya a la fauna irlandesa de su cole. A los más pequeños -Antonio y Pancho- los he visto interactuar en el colegio con sus iguales, y puedo asegurar que lo están disfrutando. Quino ya va tan sobrado que hasta se permite hacer comentarios al límite en medio de las clases de música...
Bueno, hecho este repaso preceptivo, le damos paso a Javi con el comienzo de su tarde aciaga:

Mucha espera para luego nada...
Era un día como otro cualquiera (lloviendo un poquillo). Yo estaba jugando con otro a lanzar una botella de Lucozade, “la bebida irlandesa más vendida”. Entonces me despisté un momento y... ¡¡¡cabuuun!!! En toda la cabeza. Me quedé aturdido durante unos instantes y me caí encima de Jaime más mareado que un pulpo en un garaje. Él dijo: oye,  ¿por qué me llenas de líquido? Y yo pensé:  oye... ¿por qué todo es rojo? Y unos goterones de sangre empezaron a caer de mi frente. Los alumnnos que estaban contemplando empezaron a gritar: ¡se va a moriiir! Y yo:  ¡nooo...! Entonces, un amigo me dio un clinex y me lo puse en la herida, que no paraba de manar sangre. Luego fui a Mr. Jonstone, el profe de Ciencias, y me hizo un apaño con lo que pudo. 
Esperando en el hospital,
Más tarde, me recogió D. David y fuimos a la consulta más rara nunca vista... Si se imaginaran el nombre que me puso el doctor en el ordenador... ¡¡¡¡¡¡Frabcusci  Xavier!!!!!! No le pudimos sacar foto a la pantalla del ordenador donde lo ponía, pero casi. Después me miró la herida y dijo que tenía su profundidad, y que sólo hacía falta un puntillo. Dijo que allí no tenía para ponerlos, así que lo que parecía fácil se convirtió en chungo. Nos mandó al hospital. Cuando entramos estaba lleno de camillas con gente y algunos enfermos tumbados, era una escena caótica. Después de esperar un buen rato, me miraron la herida y dijeron que sólo hacía falta un poco de un pegamento especial para ese tipo de heridas. La enfermera nos dijo que había que esperar unas cuantas horas al doctor. Vamos, que no nos lo creímos y lo repitieron hasta que nos entró en la cabeza:  “a couple of hours!!”. Mañana les sigo contando.

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