sábado, 4 de septiembre de 2010

Un día en el zoo.

Raúl, Manu y Quino siempre han sido un gran apoyo.
Hoy ha sido nuestro primer reencuentro después de nuestra llegada a Irlanda. Para celebrarlo, la Isla ha querido brindarnos uno de sus más preciados dones, es decir, agua en forma de lluvia. Algunos llegamos a pensar que íbamos a vivir una reedición del Arca de Noé en el Zoo de Dublín, aunque el candidato para ejercer de Noé no estaba del todo claro (Tarzanes sí que nos sobran...) Todo lo que no llovió en los dos últimos días lo hizo por la mañana, así que invertimos el tiempo en contar nuestras primeras impresiones, dar algunos avisos, repartir las tarjetas SIM irlandesas, resolver problemitas de logística, y sobre todo reírnos con las "batallas" de cada uno. 
       A mediodía fuimos al zoo, donde rápidamente cada cual se marchó en grupos pequeños, tal vez en busca de los animales con los que más se identificaban, tal vez guiados por el afán de profundizar un poco más en los vastos conocimientos zoológicos de los muchachos. En esta línea, muchos mostraron su interés por contemplar las grajillas y gaviotas que se amontonaban alrededor de las cafeterías…
Lo cierto es que el día se pasó muy rápido, hasta el punto de que no todos pudimos visitar a todos los animales del zoo. A veces se debió al empeño de algunos bichos en meterse allá donde el ojo rastreador del visitante no pudiera "catarle", como fue el caso de los leones, el zorro ártico, y otros grandes carnívoros desconsiderados. Para compensar estas ausencias, algún visitante local logró acaparar nuestra atención (seguro que lo pueden localizar en alguna de las fotos).
En resumen, ha sido un feliz día de reencuentro, que nos ha servido para comprobar, entre otras cosas, que se puede sobrevivir más de tres días sin aceite de oliva. Hasta la próxima. From Ireland we write!!