martes, 26 de octubre de 2010

"Tuneando" pizzas en Galway.

Me gustaría explicar por qué se ríen, pero no puedo...
Acabo de preguntar a los nuestros si alguien quería que pusiera algo en particular en el blog de hoy, y la respuesta más rápida ha sido: "No quiero ser el protagonista, David." ¿Quién habrá sido...? Enrique Díez, cómo no. 

Estamos ya en Galway, después de un viaje de casi tres horas para cruzar la isla de oriente a occidente. Antes de coger la guagua desde Dublín, habíamos quedado todos en una estación del LUAS (el tranvía) a las afueras de Dublín, para ir todos juntos de ahí al City Centre, desde donde salen las guaguas a Galway. Como nos sobraba tiempo antes de montarnos al GoBus, dimos "un voltio" por la ribera del Liffey River, perfecta para acribillar a todos con la cámara de fotos. Después de comer nuestro lunch de cada día, fuimos a la parada de guaguas y... ¡arriba! Tres vinieron conmigo en el coche -de apoyo logístico- y con buena música y buena compañía, las dos horas y pico de viaje se nos hicieron cortas.

Esto es lo que hace Pancho cuando le 
pides que eche una mano.
Lo primero que hemos hecho al llegar ha sido instalarnos en nuestras habitaciones: una "individual" de siete y otra "individual" de seis. El hostal está muy bien; hay mucha gente, pero aún así conseguimos hacernos un huevo y estar más bien a nuestro aire. El desembarco fue imponente: 14 personajes cargando con maletas y comida para cuatro días, ocupando tranquilamente buena parte del espacio habitable del comedor. Después, recordar normas de sentido común para convivir pacíficamente con nuestros iguales. Más tarde nos dimos un paseo por la ciudad -muy bonita, por cierto- hasta que la lluvia decidió que debíamos volver al SleepingZone Hostel.

No son los Beatles, pero casi.
Con la vuelta a la base de operaciones llegó el turno del equipo de cocina: Enrique de la Barrera, Quino, Jesús y Ale. Cogimos las catorce pizzas que compramos en el Tesco y empezamos a "tunearlas": más tomate, más queso, jamón por aquí, cebolla por allá, lascas de chorizo, etc. De tres en tres al horno y a cenar. Eso sí, las buenas costumbres no las hemos perdido y antes bendijimos la mesa. Salvo el detalle de la guerra por que hablen con un tono que no sea el propio de un estadio de fútbol, todo transcurrió muy bien. Y ahora, con "los niños" entretenidos entre ellos, momento de paz y a escribir el blog. 

1 comentario:

  1. ¡¡¡Atención!!, pregunta:¿Qué significa "pero aún así conseguimos hacernos un huevo"?. Seguro que el brocoli tiene la culpa o tanto inglés empieza a jugar malas pasadas.????

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