viernes, 8 de octubre de 2010

StarWars y la mirada del Border.

Hoy es el típico día en que hay que tirar de anécdotas personales para contar algo nuevo de Irlanda. Mientras esperamos la llegada de nuevas aportaciones de nuestros muchachos, tengo en la recámara algunas fotos que testimonian momentos divertidos de estos últimos días. 
Estas primeras fotos que pueden ver corresponden a un paseo que me di el domingo pasado con un primo mío que anda por estas latitudes. No es que mi primo estuviera disfrazado, sino más bien era el que sacaba la foto. Todo sucedió cuando quisimos entrar en un centro comercial. En la puerta estaba  uno de esos guardianes (creo que se llaman Storm Trooper) con una de las jefas uniformadas de la película. Me acerqué para pedirles una foto con ellos, y la señora, con el gesto muy serio, me pidió mi identity card. Me saqué el DNI de la cartera, le echó un vistazo rápido, y se lo pasó al guardián. Éste lo examinó detenidamente y dijo algo,  que no entendí por la voz distorsionada del casco. La señora (que por la edad que aparentaba tener, debió de actuar en la película cuando se filmó) me dijo que me pusiera contra la pared, que esa identity card no era válida. Después de hacer un amago de cacheo (todo para la galería), me pidió que me diera la vuelta y me postrara de rodillas con las manos en la nuca. Lo mejor de todo era que en ningún momento dejaron de actuar los dos; vamos, que no dijeron "¿quieres que hagamos como que te detenemos?" Tácitamente entendieron que podían hacer el teatrillo sin ningún problema, y así fue. Después de comprobar que era un ser humano inofensivo (o al menos así se lo hice creer), me dejaron libre para seguir mi paseo por el Universo.

Qué bien me vendría uno de estos para llevar 
a nuestros muchachos.
La foto de las ovejas y el perro pastor también tiene su pequeña historieta. Muy cerca de Rockbrook ya es puro campo, con granjas por todas partes, cada cual con sus propias ovejas marcadas con su color. Las carreteras, que por lo general ya son estrechas, lo son aún más en estos parajes. Pues bien, fue precisamente en una de estas carreterillas donde fui a topar con un camión mediano, que transportaba algunas vacas. El camión iba especialmente despacio porque delante de él iba un rebaño de ovejas a su paso, que nunca ha sido especialmente apresurado. Pero lo más curioso de todo no era esta escena tan típica, sino que al paso del camión trotaba un border collie, que a la voz del conductor del camión, corregía la trayectoria del rebaño o espabilaba a alguna oveja rezagada. Alucinante: granjero pastoreando ovejas con perro desde camión con res. Este hombre sabe claramente de optimización de recursos. Y para poner a prueba su pericia, demostró su capacidad de arrimar el camión mientras también orillaba a las ovejas en un hueco del camino dando un par de bramidos al perro. 

La mirada del border es en los perros como 
la del azor en las rapaces.
El perro merece un párrafo aparte (objetivo cumplido). Es asombroso ver trabajar a un border collie, con qué presteza hace todo y cómo maneja el rebaño sin dificultad. El hombre gritaba un par de palabras desde el camión, y el perro, entre los balidos absurdos de las ovejas y el runruneo del camión, era capaz de entender perfectamente el mensaje, pegar un par de carreras por el lado correcto, dirigirse a las ovejas más despistadas, barrerlas hacia donde le pidió su amo, y luego mantenerse al frente de ellas para que ninguna pestañee sin su permiso. Y cómo las encara… Del border collie -recuerdo haber leído- se dice que su mirada es capaz de hipnotizar a las ovejas.
Así fue el espectáculo campestre de ese día en la verde Irlanda. ¡Qué suerte estar aquí!

No hay comentarios:

Publicar un comentario